Los almacenajes hídricos se han visto degradados en el transcurso del mes, tras un período de temperaturas elevadas para la estación invernal y aportes pluviales que fueron acotados o directamente nulos dependiendo la zona. Las precipitaciones más recientes estuvieron concentradas en el norte del Litoral, mayormente por fuera del área agrícola, distribuidas entre el centro – norte de Corrientes y Misiones. Por otro lado, el centro – este de Buenos Aires también ha sido beneficiada por eventos de lluvias.
Resulta evidente el número de hectáreas bajo deficiencias hídricas en las provincias norteñas, abarcando a prácticamente la totalidad de las regiones NEA y NOA. Un aumento de similar magnitud se verifica en la provincia de Córdoba (especialmente en la porción sur), noroeste y sudoeste de Buenos Aires, sumado al noreste de La Pampa. Incluso aparece un pequeño foco en el sur de Santa Fe, localizado en los departamentos de Caseros, oeste de Constitución y General López.
En cambio, hacia el centro – este de Buenos Aires no se aprecian grandes variantes, fundamentalmente a partir de los acumulados ocurridos en la semana anterior. Sólo se identifican algunos sectores que pasaron de niveles óptimos a adecuados. Si nos movemos hacia Entre Ríos, también se confirma un ligero deterioro, pero sin llegar a ocasionar inconvenientes para el desarrollo de los cultivos de trigo.
En el mapa siguiente observamos el estado de las reservas hídricas, teniendo como parámetro el contenido de agua en toda la superficie agrícola, comparando el panorama actual con el observado a finales de julio.