A medida que transcurren las semanas se tornan más frecuentes los cultivos de maíz afectados por la bacteria Spiroplasma, transmitida por la plaga (vector) comúnmente denominada “chicharrita”. Este pequeño insecto es típico de las provincias norteñas, aunque en esta campaña 2023/24, se da la particularidad de haberse propagado a diferentes sectores del centro del país. En líneas generales, esta enfermedad provoca daños fisiológicos, problemas de crecimiento en la planta y una reducción en el potencial de rendimiento.
El impacto se da mayormente en ciclos tardíos – implantados entre diciembre y enero – con la aparición de la plaga en sus etapas vegetativas. Si bien su aparición se dio en lotes de primera, el daño ha sido acotado, dado el avanzado desarrollo fenológico que exhibía el cultivo. Al margen de las abundantes precipitaciones que han caracterizado a la estación de verano, el escalonamiento en las fechas de siembra ha tenido gran incidencia en su reproducción y rápida propagación hacia la franja central.
Otro rasgo característico de esta plaga hace referencia a la interrupción en el llenado de grano. Esto conlleva a que la planta pueda presentar buen aspecto en apariencia, con todos sus granos, pero que éstos efectivamente tengan muy poco peso. Por tal motivo, se hace dificultoso realizar estimaciones que puedan dar precisión o cuantificar los daños provocados hasta el momento.
En cuanto a las regiones afectadas, inicialmente se ha ido detectando en las regiones NOA y NEA. En la primera de ellas, se hace hincapié en la provincia de Tucumán, con un aumento notorio de los casos y dando indicios de mermas importantes en los rendimientos de algunos planteos. Si nos desplazamos hacia el este, hacia Chaco, observamos una situación similar, con un creciente número de cuadros afectados.
El centro – norte de Santa Fe es otra de las áreas con mayor impacto por la plaga, previendo pérdidas de hectáreas o lotes que inevitablemente pasarán a destino forrajero. En aquellas zonas en donde la expansión de la chicharrita (vector) fue más pronunciada, ya se han comenzado con los trabajos de picado para su posterior utilización como alimentación animal. Se suma Entre Ríos a esta problemática, pero con una menor participación dada la menor proporción de ciclos tardíos y de segunda en la provincia.
Recientemente se ha corroborado la presencia de esta enfermedad en distintos sectores de Córdoba. Mientras que semanas atrás se empezó a percibir una coloración diferente en los cultivos, poco después se confirmó que se trata de síntomas propios de esta plaga. Tal es la situación en el sudoeste, en el departamento de Río Cuarto, donde se hizo más evidente su presencia ante la expansión de hojas secas, espigas degradadas y muerte prematura de plantas. Hacia el norte provincial también se reportan daños de importancia, como en el departamento de Totoral (Sinsacate y alrededores) en algunos casos con más del 70% de pérdidas. Un poco más hacia el este, en Río Primero, el impacto es algo más leve o moderado.
Por fuera de estas cuestiones, se ha logrado desplegar la cosecha de planteos tempranos durante los primeros días del fin de semana largo. Previo al Domingo de Pascua, diversos campos del núcleo productivo mostraban una reducción gradual de la humedad en grano, abriendo paso a las máquinas cosechadoras. Tanto en el sur de Santa Fe, como en el sudeste de Córdoba y norte de Buenos Aires se reportan rendimientos más que satisfactorios.