La ausencia de precipitaciones torna más fluida la cosecha de maíz tardío y de segunda que, en determinadas regiones, acorta las demoras que veníamos observando. En líneas generales, se corrobora un ciclo agronómico adecuado, reflejado en rendimientos que superan la marca promedio de los últimos cinco años. Dado que las condiciones ambientales están provocando una disminución de la humedad en grano (fundamentalmente en el centro – oeste del país) se reduce una barrera que suele agregar esperas a la cosecha y costos adicionales como son los gastos de secada.
Este panorama ayuda a compensar el deterioro que arrojaron los cuadros de maíz temprano que, en la mayor parte del núcleo productivo (norte de Buenos Aires, sur de Santa Fe y parte de Entre Ríos) sufrieron las deficiencias hídricas en el período crítico de crecimiento. De todas formas, en zonas puntuales donde la escasez de agua y las bajas temperaturas tuvieron incidencia en el crecimiento de las plantas, se verifica que parte del cereal termine volcándose a usos forrajeros. Estos casos se observan principalmente en campos ubicados al sur agrícola.
Ya transitando los últimos días del mes, los lotes recolectados responden a las siembras llevadas a cabo durante los meses de diciembre y primera quincena de enero. En el núcleo productivo, los progresos oscilan entre el 93,7 – 94,0% y es de preverse que las labores concluyan a fin de mes o, a lo sumo, en los primeros días de agosto.
Si nos desplazamos hacia el sudeste de Córdoba, se están reportando rendimientos variados, aunque con una media cómodamente superior a las campañas precedentes. En cambio, hacia el oeste provincial, en campos de Río Cuarto y alrededores, los resultados son inferiores e incluso se han relevado cierto impacto a raíz de las heladas de abril. Más hacia el norte, resta una importante cantidad de hectáreas aún por levantar.
Por otra parte, moviéndonos hacia el centro – este de Entre Ríos, queda por cosechar poco más del 35% de la superficie cultivada, con rendimientos inferiores al promedio y que se inclinan más a los 45,0 qq/ha. No obstante, esta medición se encuentra afectada por los números que dejó la cosecha temprana, tras un verano mayormente seco y cálido en la región central. En esta provincia, al igual que en el centro – norte de Santa Fe y campos pertenecientes al NOA y NEA, aún con los recientes avances, se corroboran atrasos en las tareas de recolección.
En estas circunstancias, durante lo transcurrido de la campaña 2021/22, alrededor de 33,47 mill.tn. han sido cosechadas frente a las 35,31 mill.tn. obtenidas el año pasado en estos momentos. La diferencia es mucho más marcada si nos remontamos a dos años atrás, cuando se habían materializado unas 47,65 mill.tn. en la tercera semana de julio. Lógicamente que las cifras citadas ya contemplan el aporte de los ciclos tempranos.
Tomando las proyecciones productivas calculadas al momento, de ahora en adelante se estarán levantando alrededor de 16,00 mill.tn. Quedan por levantar cuadros en el norte del país, centro – norte de Santa Fe, Córdoba, San Luis, centro – este de Entre Ríos, centro – sur de Buenos Aires y La Pampa. En el mapa siguiente detallamos los avances actualizados para cada una de las regiones agrícolas y, simultáneamente, contrastamos el panorama actual con igual fecha del 2021.