Efectivamente la escalada de tensión en la región del Mar Negro terminó reflejándose en la ofensiva de Rusia y el envío de sus tropas militares a territorio ucraniano. En esta madrugada, se confirmó el ingreso de fuerzas rusas por tierra, aire y mar. En efecto, se intensificaron los temores frente al ataque de una nación contra otra en el continente europeo, suceso que no se daba desde la Segunda Guerra Mundial.
Se han verificado explosiones muy próximas a la capital del país, Kiev, incluso con un intento de tomar el aeropuerto. El agravamiento de la situación se manifestaba con los bombardeos, cada vez más cercanos a los centros urbanos y los inconvenientes en el tránsito de la capital, ante la huida de parte de sus ciudadanos. Hace tan sólo 24 horas, desde el Parlamento de Ucrania se había aprobado, de manera transitoria, un proyecto de ley que permite la tenencia de armas a la población civil, dadas las sucesivas amenazas por parte del mandatario ruso, Vladimir Putin.
Los mercados agrícolas vienen asimilando el contexto descripto, incorporando una prima “bélica” en sus cotizaciones, conducta que se acentuó tras la confirmación de las explosiones en esta madrugada. Las autoridades gubernamentales de Rusia paralizaron el movimiento de las embarcaciones y cerraron los accesos al Mar de Azov, epicentro de terminales portuarias de ambas naciones en la logística de granos. Hasta el momento no se reportaron interrupciones en los puertos del Mar Negro. Otro punto a resaltar es que, en las terminales ucranianas, también se despachan granos provenientes de Rumania y Moldavia.
La región representa cerca del 76% de las exportaciones de aceite de girasol, teniendo repercusión directa en los oleaginosos vegetales, al tiempo que Rusia y Ucrania se ubican en el 1° y 3° o 4° puesto como exportadores de trigo a nivel global. Simultáneamente, Ucrania ocupa el 4° puesto como vendedor de maíz, detrás de productores cruciales como lo son EE.UU, Brasil y Argentina. Respecto a la cebada, Ucrania y Rusia son el 2° y 3° exportador del mundo, quedando detrás de Australia.
En los gráficos siguientes observamos el market share de ambas naciones en relación al comercio mundial que, principalmente, son proveedores de los mercados africanos y del sudeste asiático.